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Combatir la inapetencia estival

Combatir la inapetencia estival

En verano, con las altas temperaturas, conviene tener cuidado de la alimentación, siguiendo una dieta sana y equilibrada. Esto es especialmente importante en el caso de los niños y las personas mayores, ya que que a estas edades es más difícil mantenerse correctamente hidratados durante los meses de más calor. Hay que tener en cuenta que en la vejez la sensación de sed puede desaparecer.

Causas de la inapetencia estival

Las causas de la inapetencia en la gente mayor son variadas: el hecho de estar enfermo, la depresión, algunos tratamientos farmacológicos, la falta de movilidad, la sequedad de boca, la disfagia, tener la boca en mal estado, etc. Estos problemas se agravan en verano, con el calor. Si, además, la persona mayor está enferma, es cuando necesita más nutrientes para recuperarse pero, a la vez, tiene menos ganas de comer. Esto es un círculo vicioso peligroso porque lleva a la desnutrición y al agravamiento de su estado de salud. Es por esto que hay que estar atento a las señales de alarma como son la disminución del peso o el hecho que rechacen los platos que más les gustan.

El consumo de alimentos y la frecuencia en que comen varía en los meses de verano debido, principalmente a las altas temperaturas. Con el calor es posible que disminuya la apetencia porque el organismo consume menos energía para mantener la temperatura corporal y debido a esto tenemos más sensación de estomago saciado. El hambre desaparece, y tendemos a consumir platos fríos. En definitiva, debido a las altas temperaturas, en verano nos apetecen más los alimentos ligeros y refrescantes.

El cambio de rutinas en los meses de más calor también hace que la frecuencia del consumo de alimentos se vea alterada. En el caso de las personas mayores, habitualmente la rutina diaria varía, ya sea por un cambio en el horario del paseo habitual para evitar las horas de más calor, o para disfrutar de alguna actividad: se amplían las oportunidades para disfrutar de la naturaleza, hacer una excursión, aprovechar una visita guiada, o cualquier otra actividad al aire libre. En consecuencia dedicamos menos tiempo a la compra de alimentos y menos tiempo a cocinarlos.

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En verano es una época ideal para cuidar la alimentación y seguir una dieta sana y equilibrada, pero sin dejar de disfrutar de nuestros platos. Es un buen momento para reducir el consumo de calorías y evitar los platos abundantes.

Alimentos para combatir la inapetencia estival

Os proponemos algunos alimentos que ayudan a combatir esta inapetencia estival:

  • Las cremas y las sopas son una gran opción para mantenernos hidratados y nutridos en los días más calurosos. En verano encontramos una gran variedad de hortalizas mediterráneas para elaborar gazpacho, cremas y sopas frías. Son una fuente de vitaminas y antioxidantes y son una opción muy práctica para las personas mayores, ya que a menudo tienen dificultades para masticar.
  • Alimentos ricos en agua: hay que asegurar el consumo de frutas diariamente durante todo el verano como refrigerio por la mañana o por la tarde, sobretodo las frutas que tienen un alto contenido de agua como la sandía o el melón.
  • En verano muchas veces nos olvidamos de las legumbres pero, a nivel nutricional, no deberían faltar, como mínimo una vez a la semana. Por ejemplo, una ensalada fría de legumbres es una excelente opción para comer en verano.
  • Las ensaladas cogen importancia en los menús de verano, ya que nos ofrecen alimentos saludables y fáciles de digerir. Son una buena opción para gozar de la variedad de hortalizas mediterráneas que tenemos al alcance y nos permiten combinar muchos alimentos.
  • También los alimentos como los huevos, el pescado y la carne blanca nos aportan proteínas de buena calidad en nuestra dieta. El pescado azul, aprovechando que ahora es el tiempo del bonito, del atún, de las anchoas, de las sardinas… tampoco deberían faltar en nuestra dieta, como mínimo una vez por semana.
  • No hay que suprimir las grasas, sino que hay que escoger alimentos con grasas saludables como son el aguacate, el pescado azul, los frutos secos, las semillas, el aceite de oliva virgen....
  • Para hidratarse, las infusiones de plantas medicinales son muy adecuadas. Plantas como la menta, la melisa o el anís son una buena opción para refrescarnos.
  • Siempre y cuando la ingesta de sal  no sea contraproducente en el caso de que se padezca hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal, osteoporosis, etc… o el médico nos haya limitado su consumo, es recomendable aumentar el consumo de algas y de algunos condimentos salados, salsa de soja o miso por ejemplo. Esto nos ayudará a combatir la pérdida de minerales ya que en verano con el calor sudamos más y perdemos más minerales que durante el invierno.
  • Los licuados de frutas y hortalizas y los caldos de verduras y algas son ideales para remineralizar e hidratar el organismo.
  • Recuerda que para beber la mejor opción es agua, tanto durante las comidas como entre horas. El agua es la única bebida básica y vital.

Con el calor y las vacaciones, a parte de la importancia de mantener una buena alimentación y estar bien nutridos, no nos hemos de olvidar de alimentar el espíritu con la familia o amigos, gozando y disfrutando del que más nos guste ya sea a la playa o a la montaña, escuchando música, leyendo o paseando pero que nos haga vivir el presente con plenitud.

Granissats i orxata pels residents de la Residencia San José

En la Residencia San José (Burjassot, Valencia), disfrutando del jardín y pasando un buen rato con horchata y granizado de limón.

En las Residencias geriátricas del Instituto de Religiosas de San José de Gerona adaptamos los menús de verano para continuar ofreciendo una dieta equilibrada, que apetezca comer aunque haga mucho calor y que complemente la ingesta de agua y otros líquidos para mantener la buena hidratación de nuestros mayores.