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El mandala como terapia de estimulación cognitiva en personas mayores

El mandala como terapia de estimulación cognitiva en personas mayores

En la Residencia San José de Burjassot (Valencia) y en otras que también pertenecen al Instituto de Religiosas de San José de Gerona se han puesto en marcha unos talleres terapéuticos de expresión plástica que ayudan a la estimulación cognitiva de las personas mayores, activando mecanismos tanto físicos, como psicológicos, emocionales y mentales. En estos talleres de dibujo y manualidades, dependiendo de los objetivos que se pretenden conseguir, se practican métodos concretos como dibujar y pintar letras para formar frases o la técnica del mandala.

¿Qué son los mandalas?

Los mandalas, originarios de la India y cuyo nombre significa “círculo o rueda en su forma perfecta”, representan el mapa del cosmos: una pequeña muestra totalizadora de la proyección geométrica del mundo. Es un arte milenario que permite, por medio de un soporte gráfico, llegar a la meditación y a la concentración, para exprimir nuestra creatividad y naturaleza, mejorando así la motricidad fina y la autoestima. Se trata de una comunicación no verbal adecuada para interactuar con personas mayores, a quienes a veces les resulta difícil la comunicación mediante el lenguaje.

Terapia con mandalas, ¿a quién va dirigida?

La práctica de los mandalas es accesible a todo el mundo y puede acompañar en cualquier etapa de la vida: tanto a pequeños como a mayores, ya que no requiere conocer una disciplina determinada.

¿Cómo se trabajan los mandalas?

El mandala puede trabajarse de dos formas:

  • creándolo
  • coloreando uno ya construido

En esta segunda forma, solamente hay que rellenar de color los diferentes elementos geométricos, escogiendo cada persona los colores, el tipo de pintura o la intensidad del color en función de su estado de ánimo.

Dependiendo del objetivo que se quiera conseguir y de las características de la persona que lo realice, se elaborarán pautas como pintar cada dibujo de un mismo color o que se usen tantos colores como deseen. Al ser una expresión del alma, las formas, los símbolos y los colores que se eligen tienen un profundo contenido que brota de las raíces de nuestro ser, armonizando nuestro mundo interior con el exterior. A medida que se va avanzando con el dibujo, las personas van descubriendo que es una maravillosa oportunidad de ver la vida desde otra perspectiva, una visión más profunda de todo.

Para poder permanecer tranquilos, con la mente en reposo, y poder fluir a través del diseño y del color, es muy importante tener en cuenta factores como la luz de la sala, la música, el olor, la respiración, la disposición de todos los materiales o la posición corporal. La idea es abrir poco a poco un concepto natural y energético, aportando equilibrio, concentración y bienestar.

Técnicas para pintar un mandala

Existen dos técnicas principales para pintar un mandala:

  • desde afuera hacia dentro. Esto significa que la persona quiere “buscar su centro” y contactar con la esencia de su subconsciente
  • desde adentro hacia fuera, indicando un ánimo de exteriorizar las emociones y sacar lo que se lleva dentro

No hay que ser perfeccionista al pintar. Se debe dejar fluir la intuición según lo que dictamine el ánimo y disfrutar mientras se pinta.

Al acabar, es recomendable dedicar un rato a uno mismo, contemplar el trabajo y terminar de dar sentido a lo que se ha hecho. En el caso de no terminar el mandala en ese momento, es mejor dejarlo y empezar uno nuevo la próxima vez que quiera realizar el taller para que se haga acorde al estado de ánimo de ese momento.

Beneficios psicológicos de la terapia con mandalas

A nivel psicológico, la realización de un mandala es considerada como una buena herramienta para facilitar el equilibrio psicológico de la gente mayor.

Esta técnica puede ayudar a trabajar:

  • la concentración
  • la paciencia
  • la activación de la energía positiva
  • la focalización de la atención
  • la meditación profunda para elevar el nivel de conciencia
  • la expansión de la capacidad de la mente
  • el entreno de la memoria

Mandala coloreado por los participantes en el Taller de Mandalas de la Residència Santa Maria del Tura, en Olot.

La estimulación cognitiva con mandalas permite la activación de los dos hemisferios del cerebro. El hemisferio derecho es el global y no verbal, donde residen capacidades como la imaginación, la intuición, la creatividad, la inspiración o el espacio. En cambio, el hemisferio izquierdo es lógico y verbal, donde se establecen las competencias de la racionalidad, el detalle o la coherencia. Estos dos hemisferios se complementan cuando, después del dibujo, se realizan comentarios verbales, estimulando así las conexiones de las redes neuronales.

Finalmente, la realización de mandalas también favorece el nexo entre nosotros y las personas con quien realizamos el taller. La satisfacción, emoción y orgullo que se siente por una persona mayor al observar que ha realizado con éxito el mandala ayuda a fomentar su autoestima.